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martes, 19 de agosto de 2008

De todas las obras...




De todas las obras, las que prefiero
son las usadas.
Los recipientes de cobre con abolladuras y bordes aplastados,
cuchillos y tenedores con mangos de madera
gastados por muchas manos: esas formas
siempre me parecieron las más nobles. Al igual que los escalones
de piedra alrededor de antiguas mansiones
hundidos y pulidos por muchos pies
y entre los que crecen matas de helecho, esas
son obras logradas.

Foto de Docman

U
tilizadas por muchos,
frecuentemente modificadas, mejoran sus formas y se tornan
preciosas
a fuerza de ser apreciadas.

Amo incluso los fragmentos de estatuas
con sus manos mutiladas. Ellas también
vivieron para mi. Si cayeron, es porque fueron alzadas.
Si las pisotearon, es porque estaban a una altura inalcanzable.

En cuanto a las construcciones medio derruidas
tienen el aspecto de grandes proyectos inconclusos:
ya se intuyen sus hermosas proporciones
aunque todavía requieran
de nuestra comprensión. Si bien en otro sentido
ya sirvieron, es más, ya están superadas. Todo eso
me regocija
.


Bertold Brecht. 1898 -Ausburgo